Sólo algunos breves poemas, de una de mis poetas preferidas.
(Cuéntamelo otra vez. La veleta, 1999)
AL CABO
Al cabo, son muy pocas las palabras
que de verdad nos duelen, y muy pocas
las que consiguen alegrar el alma.
Y son también muy pocas las personas
que mueven nuestro corazón, y menos
aún las que lo mueven mucho tiempo.
Al cabo, son poquísimas las cosas
que de verdad importan en la vida:
poder querer a alguien, que nos quieran
y no morir después que nuestros hijos.
(Estoy ausente. Pre-textos, 2004)
MIS MEJORES DESEOS
Que la vida te sea llevadera.
Que la culpa no ahogue la esperanza.
Que no te rindas nunca.
Que el camino que tomes sea siempre el elegido
entre dos por lo menos.
Que te importe tanto la vida como tú a ella.
Que no te atrape el vicio
de prolongar las despedidas.
Que el peso de la tierra sea leve
sobre tus pobres huesos.
Que tu recuerdo ponga lágrimas en los ojos
de quien nunca te dijo que te amaba.
ALGUNOS INFELICES
Todos necesitamos que nos quieran.
Algunos infelices, sin embargo,
no sabemos vivir para otra cosa.
(Tres deseos. Renacimiento, 2006)
IDA Y VUELTA
Cuando nos dirigimos al amor
todos vamos ardiendo
llevamos amapolas en los labios
y una chispa de fuego en la mirada.
Sentimos que la sangre
nos golpea las sienes, las ingles, las muñecas.
Damos y recibimos rosas rojas
y rojo es el espejo de la alcoba en la penumbra.
Cuando volvemos del amor, marchitos,
rechazados, culpables
o simplemente absurdos,
regresamos muy pálidos, muy fríos.
Con los ojos en blanco, más canas y la cifra
de leucocitos por las nubes,
somos un esqueleto y su derrota.
Pero seguimos yendo.