27/7/14

Historia de un faro






Planos e imagen de la web de Rubjerg Knude








Imagen: Jürgen Krützfeldt

Hay una página web con los detalles y explicaciones técnicas sobre este faro engullido por la duna. 

En versión wikipedia:
Rubjerg Knude es un faro abandonado que se encuentra en la península de Jutlandia, en Dinamarca, entre las poblaciones de Lønstrup y Løkken del municipio de Hjørring.Fue construido en 1899 en la parte alta de una colina, a unos 60 metros sobre el nivel del mar. Los barcos detectaban su luz desde una distancia de unos 40 kilómetros. Las tormentas fueron amontonando arena ante el faro, hasta tal punto que en 1968 su luz dejó de ser visible. El faro funcionó como museo hasta 2002, año en que la duna terminó por sepultar algunos de los edificios anexos, sin embargo el faro nunca ha llegado a quedar enterrado por la arena. La duna se va aplanando con los años y se desplaza hacia el noreste, hoy en día todavía tiene una altura de entre 90 y 100 metros.

Lo he descubierto via Vicente Luis Mora y me han emocionado las imágenes y la historia.



Addenda: Paulino Etxebeste, ¡más majo él!, recordó este post hace unos días en su viaje y tuvo el DETALLAZO de enviarme su propia foto del faro. Gracias mil Paulino, me ha encantado :-)

En agosto de 2014 así está:


Foto: Paulino Etxebeste

14/7/14

madres cuánticas



Que levante la mano el/la padre/madre de adolescentes que no se ha visto diciendo aquello de

"Recoge tus cosas! Que estoy harto/a de que lo dejes siempre todo por en medio" o
 "Aún no has hecho lo que te he pedido" o
"¿Cómo que ya está? así está a la mitad, hazlo bien" y etc, etc, etc, etc, etc, etc....

(Paréntesis 1: a partir de aquí abandono el lenguaje políticamente correcto y donde digo madre pongan padre si se sienten identificados)
(Paréntesis 2: si no se sienten identificados... malo, porque sólo les queda identificarse con el adolescente... y por ahí cerca  habrá una madre previsiblemente harta de tener un hijo de más. Se lo piensen)


La desgana de los adolescentes puede ser tan exagerada que en ocasiones nos hace temer que padezcan algo grave y siniestro. Padres, madres: no os asustéis, no están enfermos, no tienen  ninguna enfermedad neuromuscular, ni degenerativa, ni de otro tipo: es sólo pereza.
Eso sí, se trata de una pereza selectiva.

Los adolescentes parecen disponer de unas energías desbordantes para algunas cosas como pegar alaridos, hablar por teléfono o wassapear, ver videos de youtube y seguir una serie en la tele simultáneamente, pueden saltar, bailar o patinar durante horas, etc...  y, sin embargo, sufren una falta de fuerza muscular alarmante para las actividades que no les interesan, rayando la parálisis cuando se trata de cosas tan extenuantes como introducir una taza en el lavavajillas.
Pueden trotar seis horas seguidas por una montaña el día que les apetece, pero están agotados antes de intentar acercar su ropa sucia a la lavadora.

Y ya lo más de lo más de las misiones imposibles: reponer un rollo de papel higiénico (en lugar de dejar el cilindro de cartón ahí colgando, con un minúsculo último resto, un inútil trocito de papel para que no les puedas recriminar que se lo han acabado).

También son ciegos a innumerables cosas, su visión selectiva afecta especialmente a los objetos que las madres crueles dejamos en medio del pasillo o ante la puerta de su habitación, pensando -ingenuas de nosotras- que se verán obligados a recogerlos. Pues no.
Se les activa una especie de piloto automático que les permite pasar por encima decenas de veces sin ver el asunto...y sin tropezar. Pero la alarma de "debería recogerlo" nooooo, esa no funciona.


La adolescencia implica convertirse en master del universo del escaqueo.


Té de Aniversario, templo metodista de Boulderclough/. 1975-1980. © Martin Parr / Magnum Photos

Ser madre en estas situaciones es fatigoso, pero...

¿acaso no lo recordáis?
¿no recordáis lo agradable que era tener una madre que se encarga de que todo funcione, esté limpio y se localice?

Ay, ¡esa figura omnipresente pero en la sombra!, las pobres madres a veces nos quejamos, pero luego seguimos en ese trabajo de hormiguita, transparente y tan poco valorado...

Yo recuerdo perfectamente lo agradable de esa sensación de que alguien haga algo por ti.
De saber que hay alguien que siempre está de guardia.
De que si ahora tienes prisa, o pereza, y no lo acabas como es debido... alguien sí lo hará después.

Ay, esa sensación ligera de no ser la responsable última de todo.

Hace mucho que sólo tengo la sensación de no encontrar nunca nada mejor de lo que lo dejé.
O ni siquiera igual... casi siempre cuando vuelvo está peor, mucho peor y vuelta a empezar. O abroncas o te pones a recoger o las dos cosas a la vez.

Y sí, tengo fresco aún el recuerdo de disfrutar del misterioso orden cósmico.
De gozar sin preguntarme sobre el itinerario de la ropa -desde el cesto de la ropa sucia a aparecer plegada y planchada en el armario-.

¿Cómo no recordar con melancolía ese tiempo en que los rollos de papel higiénico se regeneraban solos, en que la nevera se rellenaba de modo aparentemente espontáneo y en que bastaba dejar el tiempo suficiente algo en el suelo para que regresara a su lugar?.
Simplemente ocurría: la leche derramada desaparecía, los cajones se cerraban, ... todo regresaba a su punto de partida y el orden se reiniciaba una y otra vez. Mágicamente.

Estar en primera línea de madre supone añorar mucho a la propia madre. Valorarle, por fin, esas interminables jornadas laborales, todos los días del año. Ese trabajo sin vacaciones.

(Gràcies, mare)

Supone también añorar a Ana, alguien que reparaba y ordenaba el mundo por mí.

Sí, ya sé que me repito pero, ya ven, lo del trabajo doméstico me aburre y me cansa y también a mí, a estas alturas, a veces...  me encantaría poder escaquearme.

Por lo menos vengo y lo cuento.
Alivios, oigan.


Dicen que es la mecánica cuántica, pero yo empiezo a creer que son las madres las que mantienen el cosmos en marcha y los planetas rodando en sus órbitas, ordenados y sin salirse.



Las fotos de Martin Parr son de la estupènda exposición en La Virreina. Ojo los de Bcn: se acaba a final de mes, no se la dejen pasar.


1/7/14

mantenga limpio internet

Imagen: wikipedia
Hoy me he tomado el día libre porque tengo algunas cosas que hacer ( y no, no son croquetas, pero tampoco voy a aclararlo, llámenme misteriosa).

Me he propuesto empezar bien el día y disfrutar de ese momento mágico consistente en regodearme en la idea de que eran las nueve de la mañana y yo NO estaba en la oficina.

He preparado la escenografía y me he instalado a tomar un café relajadamente en el balcón mientras repasaba mis listas de Twitter.

Que es como si dijera "mientras ojeaba la prensa", pero con el añadido de que los artículos de prensa me los pre-seleccionan una gente muy maja, inteligente e interesante, que tengo en unas listas estupendas, a la que he ido testando a lo largo de años y cuyos destacados me parecen fiables y relevantes. Que el señor acreciente sus rebaños, yo siempre les estoy agradecida.

Todo maravilloso y la escenografía perfecta.

Y así de sopetón, las tres noticias a las que he ido a caer de buena mañana han sido:

Un halo de basura espacial rodea la tierra
Hay plástico en todos los mares del mundo
Las marcas emiten a diario gran cantidad de contenido basura



ORIGINAL: Information from National Oceanic and Atmospheric Administration.
Graphic made by 
Oliver Lüde Gestaltung. Found on Earth Hour.

A partir de ahí me he puesto otro café y he empezado a rumiar que si algo distingue al ser humano de los animales es nuestra capacidad de generar basura, por tierra, mar y aire.

Y también en internet.
Las marcas quieren vender.
Hoy en día para vender hay que estar en internet.
Para que te conozcan en internet hay que generar contenido, ¡para triunfar y vender hay que generar contenido!, ¡¡el contenido es el rey!!
(lo dicen todos los guruses del tema, desde los que lo son merecidamente, a los que han llegado hace seis meses y publican cada día en su blog recetas mágicas y consejos tengo).

Pues ¡venga contenido! Ahí estamos: terabytes y terabytes y ultramegasúpergigaterabytes de contenido prescindible, publicitario o, a lo menos peor, repetitivo.

Y es que contenido, lo que se dice contenido propio y genuino... tenemos el que tenemos y salvo algunos seres humanos excepcionales, la mayoría tenemos lo que se dice "lo normal", o una cosa modesta, como de ir diciendo algo de vez en cuando y poco más.

Con las marcas, las páginas webs, los blogs... pasa lo mismo, pero como "hay que publicar" y "hay que llenar", pues publicamos porquerías o vamos y robamos por ahí y lo ponemos como si se nos acabase de ocurrir.

Hace poco comentaba que

"Será la edad que me vuelve intolerante: Me van cabreando en progresión astronómica los sitios que no producen y sólo reproducen, los que viven de vampirizar contenidos enteros de otros y se quedan tan anchos con una misérrima mención enlazando con un "fuente" chiquitito abajo. Si cuela, cuela."

Entre una cosa y otra estamos llenando internet de basura, también.

Hemos llenado el mar de basura, la tierra la tenemos llena de basura, el espacio lleno de basura... internet parecía el último escape posible y ya ven, tampoco.

Habrá que regresar a las bibliotecas.



ADDENDA: Lean también Tener, almacenar, guardar, en Yorokobu










11/6/14

nada es nuestro

François Chauveau (1613–1676) : Carte de Tendre




  • "Casi todo es de otros. Ni siquiera lo que sienten por nosotros es nuestro. Ni lo que no sienten. Uno sólo tiene lo que siente. Con esa tinta escribe"

    Olga Bernad


    Aquí está su blog
    Y su perfil de facebook

    29/5/14

    los hombres


    Rayo de sol en el museo de Olimpia. Foto: J. Gallimó

    Maya Angelou
    LOS HOMBRES

    Cuando era joven, solía mirar
    Detrás de las cortinas
    A los hombres que iban y venían por la calle. Hombres viejos, borrachos.
    Hombres jóvenes, más ácidos que la mostaza.
    Los veía. Los hombres siempre
    Están yendo a alguna parte.
    Ellos sabían que estaba ahí. Con quince
    Años, y famélica.
    Se paraban bajo mi ventana
    Con los hombros en alto como los
    Pechos de una adolescente,
    Y la cola del traje palmeándoles
    Las nalgas,
    Los hombres.

    Un día te toman con delicadeza
    entre sus manos, como si
    Fueras el último huevo crudo de la tierra. Después
    Aprietan. Un poquito no más. El
    Primer estrujón es agradable. Un abrazo rápido.
    Suaves hasta tu indefensión. Un poquito
    Más. Y empieza a doler.  Te arrancan una
    Sonrisa que patina en el miedo. Cuando
    Se acaba el aire,
    El cerebro te explota, estalla breve y ferozmente
    Como la cabeza de un fósforo. Hecho trizas.
    Es tu jugo
    El que baja por sus piernas. Manchándoles los zapatos.
    Mientras la tierra vuelve a enderezarse,
    Y el gusto trata de retornar a la lengua,
    Tu cuerpo ya se cerró. Para siempre.
    No existen llaves.

    Despues la ventana se cierra toda sobre
    Tu mente. Ahí, detrás
    Del oscilar de las cortinas, caminan los hombres.
    Sabiendo algo.
    Yendo a alguna parte.
    Pero esta vez, nada más voy a
    Pararme y mirar.

    A lo mejor.




    In memoriam Maya Angelou, que murió ayer a los 86 años

    26/5/14

    cambia como el agua

    Hilda Doolittle
    Las Islas (1921)

    El sol languideciendo en Sunium (Σούνιον) Foto: J. Gallimó

    I

    ¿Qué son las islas para mí,
    qué es Grecia,
    qué son Rodas, Samos, Chios,
    Paros que mira a Occidente,
    Creta?

    ¿Qué es Samotracia,
    que asoma como un barco,
    Imbros que desgarra con el pecho las olas
    enfurecidas?

    ¿Qué son Naxos, Paros, Milos,
    el círculo en torno a Licia,
    las Cíclades
    collar blanco?

    ¿Qué es Grecia-
    Esparta, que asoma como roca,
    Tebas, Atenas,
    qué es Corinto?

    ¿Qué es Euboia
    con sus lilas autóctonas
    qué es Euboia, cubierta de pasto,
    incrustada de súbitos bancos de arena,
    qué es Creta?

    ¿Qué son las islas para mí,
    qué es Grecia?




    Adiós isla, hola isla. Foto: J. Gallimó




    II
    ¿Qué puede darme el amor de la tierra
    que tú no me hayas dado-
    qué saben los altos espartanos,
    y los pueblos más gentiles del Atica?

    ¿Qué poseen Esparta y sus mujeres
    que importe más que esto?

    ¿Qué son las islas para mí
    si te extravías-
    qué es Naxos, Tinos, Andros,
    y Delos, broche
    del collar blanco?





    Llegada a Delos, espectacular silencio. Foto: J. Gallimó


    III

    ¿Qué puede darme el amor de la tierra
    que tú no me hayas dado,
    qué puede quebrar en mí el amor de la contienda
    que tú mismo no hayas destruido?

    Bien puede Esparta penetrar en Atenas,
    Tebas provocar la ruina de Esparta,
    cada una cambia como el agua,
    la sal, se eleva para sembrar el terror
    y retrocede.




    (Ediciones Angria 1992, tomé aquí la traducción de María Negroni y Sophie Black)




    Me debo uno o varios posts sobre Grecia, o no. 
    Mientras tanto... 


    También podéis leer esta entrada: Anuncios. Aurora Luque

    29/4/14

    Sería feliz si yo supiera cómo

    Descubriendo a Rosario Castellanos gracias a Javier Rodríguez Marcos



    Rosario Castellanos:
    AUTORRETRATO

    Yo soy una señora: tratamiento
    arduo de conseguir, en mi caso, y más útil
    para alternar con los demás que un título
    extendido a mi nombre en cualquier academia.

    Así, pues, luzco mi trofeo y repito:
    yo soy una señora. Gorda o flaca
    según las posiciones de los astros,
    los ciclos glandulares
    y otros fenómenos que no comprendo.

    Rubia, si elijo una peluca rubia.
    O morena, según la alternativa.
    (En realidad, mi pelo encanece, encanece.)

    Soy más o menos fea. Eso depende mucho
    de la mano que aplica el maquillaje.
    Mi apariencia ha cambiado a lo largo del tiempo
    -aunque no tanto como dice Weininger
    que cambia la apariencia del genio-. Soy mediocre.
    Lo cual, por una parte, me exime de enemigos
    y, por la otra, me da la devoción
    de algún admirador y la amistad
    de esos hombres que hablan por teléfono
    y envían largas cartas de felicitación.
    Que beben lentamente whisky sobre las rocas
    y charlan de política y de literatura.

    Amigas… hmmm… a veces, raras veces
    y en muy pequeñas dosis.
    En general, rehuyo los espejos.
    Me dirían lo de siempre: que me visto muy mal
    y que hago el ridículo
    cuando pretendo coquetear con alguien.

    Soy madre de Gabriel: ya usted sabe, ese niño
    que un día se erigirá en juez inapelable
    y que acaso, además, ejerza de verdugo.
    Mientras tanto lo amo.

    Escribo. Este poema. Y otros. Y otros.
    Hablo desde una cátedra.
    Colaboro en revistas de mi especialidad
    y un día a la semana publico en un periódico.

    Vivo enfrente del Bosque. Pero casi
    nunca vuelvo los ojos para mirarlo. Y nunca
    atravieso la calle que me separa de él
    y paseo y respiro y acaricio
    la corteza rugosa de los árboles.

    Sé que es obligatorio escuchar música
    pero la eludo con frecuencia. Sé
    que es bueno ver pintura
    pero no voy jamás a las exposiciones
    ni al estreno teatral ni al cine-club.

    Prefiero estar aquí, como ahora, leyendo
    y, si apago la luz, pensando un rato
    en musarañas y otros menesteres.

    Sufro más bien por hábito, por herencia, por no
    diferenciarme más de mis congéneres
    que por causas concretas.

    Sería feliz si yo supiera cómo.
    Es decir, si me hubieran enseñado los gestos,
    los parlamentos, las decoraciones.

    En cambio me enseñaron a llorar. Pero el llanto
    es en mí un mecanismo descompuesto
    y no lloro en la cámara mortuoria
    ni en la ocasión sublime ni frente a la catástrofe.

    Lloro cuando se quema el arroz o cuando pierdo
    el último recibo del impuesto predial.

    24/4/14

    Uppps!

    Me acabo de dar cuenta de que hace diez días (y era una fecha chula: 14-4-14) que este blog cumplió años. Creo que van siete.


    Siete años escribiendo!... de modo irregular, sí, a veces más a veces menos.

    Pero aquí sigo.

    Han ocurrido muchas cosas en mi vida en este tiempo, he envejecido, evidentemente, he sido feliz e infeliz... pero pese al paso del tiempo y sus desgastes aún continúo apostando, asombrándome a menudo, y trayendo aquí mis asombros.




    Lo mejor del balance son, sin duda, los compañeros de viaje que he ido encontrando por estos caminos electrónicos. Los visitantes de estas páginas, los que se quedan a charlar, los que me ofrecen acogida, reflexión, placer y sorpresas en sus própias páginas, en las que me siento como en casa.

    Cuando empecé a escribir como un acto solitario no imaginé que pudiera llegar a esto.

    A los que venís a leer, a los que seguís viniendo: gracias.


    4/4/14

    mientras las cosas

    Alberto Durero, dibujo de ala, 1524

    Tu cuerpo está a mi lado 
    fácil, dulce, callado. 
    Tu cabeza en mi pecho se arrepiente 
    con los ojos cerrados 
    y yo te miro y fumo 
    y acaricio tu pelo enamorado. 
    Esta mortal ternura con que callo 
    te está abrazando a ti mientras yo tengo 
    inmóviles mis brazos. 
    Miro mi cuerpo, el muslo 
    en que descansa tu cansancio, 
    tu blando seno oculto y apretado 
    y el bajo y suave respirar de tu vientre 
    sin mis labios. 
    Te digo a media voz 
    cosas que invento a cada rato 
    y me pongo de veras triste y solo 
    y te beso como si fueras tu retrato. 
    Tú, sin hablar, me miras 
    y te aprietas a mí y haces tu llanto 
    sin lágrimas, sin ojos, sin espanto. 
    Y yo vuelvo a fumar, mientras las cosas 
    se ponen a escuchar lo que no hablamos.


    Jaime Sabines

    29/3/14

    días de luz

    Edward Hopper:  Interior Courtyard at 48 rue de Lille, Paris (1906) 


    Ya vienen, se acerca la primavera, ¡ya están aquí!

    7/3/14

    sonría, por favor

    Ferenc Berko, Denture Shop, Rawalpindi, India

    ...
    Déjame que, con vieja
    sabiduría, diga:
    a pesar, a pesar
    de todos los pesares
    y aunque sea muy dolorosa, y aunque
    sea a veces inmunda, siempre, siempre
    la más honda verdad es la alegría.

    ...

    Claudio Rodríguez

    25/2/14

    algún específico protector


     Farmacia de guardia

    No es Valium ni Orfidal,
    no me ha entendido.
    Se trata de la fe. Sí: de la fe.
    Comprendo que es muy tarde
    y no son horas
    de andar telefoneando a una
    farmacia
    con tales quintaesencias.
    Lo que yo necesito
    para entrar confiada en el vientre
    del sueño
    es algún específico protector de
    la fe.
    ¿Que le ponga un ejemplo más
    concreto?
    Pues no sé… Necesito
    creerme que este saco
    cerrado por la boca
    y en cuya superficie
    se aprecia la joroba
    de envoltorios estáticos
    puede volver a abrirse alguna vez
    a provocar deseos y sorpresas
    bajo la luz del sol y de la luna,
    bajo el fervor clemente
    de los dioses del mar.
    ¡Oh, volver a sentir lo que era
    eso!
    Y ni siquiera necesito tanto
    —ya es menos lo que pido—;
    simplemente creerme
    que un día lo sentí
    intempestivamente
    cuando más descuidada andaba
    de esperarlo,
    y supe con certeza
    que sí, que se podía,
    que un corazón doméstico
    cuando al fin se desboca
    es porque está latiendo sin
    saberlo
    desde otro muy cercano.
    Ya. Que no tienen nada.
    Pues perdone.
    Comprendo que es muy tarde
    para hacerle perder a usted el
    tiempo
    con tales quintaesencias.
    Ya me lo figuraba.
    Buenas noches.


    Carmen Martín Gaite



    7/2/14

    ferozmente humanos

    El Museu Nacional d'Art de Catalunya expone la obra completa de Joan Colom.


    "En realidad, esta exposición es inédita en muchos de sus aspectos, ya que, a excepción del célebre trabajo sobre el Barrio Chino y la prostitución, acotado en unos pocos años a inicios de la década de 1960, la producción de Joan Colom sigue siendo bastante desconocida. Esa famosa serie de imágenes, que se ha convertido en una de las obras maestras de la fotografía del siglo xx, es tan sólo una pequeña parte de su archivo, aunque conforma sin duda el núcleo central de toda su obra."
     en  Periodistas en Español, sobre la expo de Colom en el MNAC 

    Joan Colom es un buen fotógrafo, impecable en cuanto a lo técnico; escoge bien el tema, el encuadre, tiene excelente sentido de la composición de la imagen.

    Lo que ya conocía de su obra, efectivamente, son esas magníficas fotos del raval con las prostitutas y el ambientillo marginal que ya debían resultar extraordinarias en su momento y que ahora, años después y patinadas por el encanto de las faldas de tubo y la foto en blanco y negro, resultan tan atractivas.

    Con la distancia adecuada y bajo una buena luz hasta la pobreza adquiere una cierta dignidad.


    Se llamaba a sí mismo el fotógrafo que hacía la calle y viendo sus fotos se confirma que allí pasó muchas horas, observando a sus semejantes, viendo la vida, fotografiándola para nosotros.

    La exposición es tan extensa que uno acaba impregnado del modo de mirar de Colom, de lo que él bajaba a buscar a la calle cada vez que salía con su cámara... pero, además de la magnitud de la exposición, lo que me hizo percibir muy claramente esa mirada suya fue un video que recoge múltiples fragmentos de sus filmaciones.

    Me fascinó, porque es una mirada curiosa que no obvia ninguna sombra, pero también es compasiva y tierna.



    No tienen buena calidad, pero en esos retazos de filmaciones se puede seguir, aún con más claridad, el deambular de su mirada; se entiende perfectamente qué está mirando Colom cuando baja a la calle, en qué se fija, qué es lo que sigue y lo que persigue:

    las chavalitas gitanas haciendo palmas para que una de ellas baile desplegando una energia y alegría salvaje ahí, en un rincón, ajenas al transcurso del resto del mundo...

    la mujer mayor que camina penosamente porque le duelen los zapatos, por un momento parece que va a detenerse, quitárselos, pero no, prosigue, lenta...

    los dos amigos que caminan abrazados entre los transeuntes, malvestidos, pobres, pero entre risas y disputas de broma...

    el marinero borracho que zigzaguea por las Ramblas...

    los niños jugando, los niños saltando, los niños descalzos, los niños haciendo trampas para que el más pequeño gane la carrera...


    Confieso que el video me llegó a conmover de tal modo que se me escaparon unas lágrimas.
    Me hizo entender que Joan Colom es el fotógrafo de la calle, sí, pero su tema no son las calles.

    Ahora podemos darle el valor histórico a lo que él documentó, barrios y situaciones marginales, edificios, barraquismo... pero no es la arquitectura ni el urbanismo ni las calles lo que le hacía coger la cámara y pasear. A Colom le interesan los seres humanos que allí despliegan su existencia, los más frágiles y vulnerables, los desharrapados, los tullidos, los que no tienen nada, los que sufren, los que se muestran huraños y también los que, pese a todo, aún derrochan alegría, solidaridad, capacidad para ilusionarse.

    El fotógrafo se deja enamorar por ellos... y en sus fotografías nos invita a que los apreciemos en su bajeza y en su grandeza, en su esplendor y en su miseria, tal como fueron: sucios, pobres y hermosos. Ferozmente humanos.

    Fíjense en esta fotografía, miren a estos chicos. No me digan que no llevan escritos en su cara, en su pose, en su actitud, todo un pasado y, posiblemente, todo su futuro...



    Una memorable exposición. Felicidades a los comisarios Jorge Ribalta y David Balsells y felicidades al MNAC por recuperar, reconocer y homenajear a lo grande a un fotógrafo imprescindible.

    Muchas gracias, Joan, por permitirnos ver lo que tú veías.


    Ignasi Marroyo. Retrato de Joan Colom fotografiando en el Barrio Chino, 1961.
    Donación del autor. Museu Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona © Joan Colom




    Barceloneses, no hay excusas. El martes 11 de febrero, la Filmoteca de Catalunya organiza una sesión de homenaje al fotógrafo con la proyección de su película SENSE TÍTOL, de 1960, y del film de Enric Ripoll i Freixes y Josep Maria Ramon, EL ALEGRE PARALELO, de 1963.

    El miércoles 12 de febrero la exposición de MNAC prolongará su horario de apertura al público hasta las 20 h y a partir de las 18 h la visita será gratuita.

    31/1/14

    Quememos, no pudramos, lo que somos. Ardamos.


    Beato de Fernando I y Sancha  folio 230 v. (detalle)

    Los días van tan rápidos


    Los días van tan rápidos en la corriente oscura que toda salvación 
    se me reduce apenas a respirar profundo para que el aire dure en mis pulmones                                                                                                                             
    una semana más, los días van tan rápidos 
    al invisible océano que ya no tengo sangre donde nadar seguro 
    y me voy convirtiendo en un pescado más, con mis espinas. 

    Vuelvo a mi origen, voy hacia mi origen, no me espera 
    nadie allá, voy corriendo a la materna hondura 
    donde termina el hueso, me voy a mi semilla, 
    porque está escrito que esto se cumpla en las estrellas 
    y en el pobre gusano que soy, con mis semanas 
    y los meses gozosos que espero todavía. 

    Uno está aquí y no sabe que ya no está, dan ganas de reírse 
    de haber entrado en este juego delirante, 
    pero el espejo cruel te lo descifra un día 
    y palideces y haces como que no lo crees, 
    como que no lo escuchas, mi hermano, y es tu propio sollozo allá en el fondo.                                           
    Si eres mujer te pones la máscara más bella 
    para engañarte, si eres varón pones más duro 
    el esqueleto, pero por dentro es otra cosa, 
    y no hay nada, no hay nadie, sino tú mismo en esto: 
    así es que lo mejor es ver claro el peligro. 

    Estemos preparados. Quedémonos desnudos 
    con lo que somos, pero quememos, no pudramos 
    lo que somos. Ardamos. Respiremos 
    sin miedo. Despertemos a la gran realidad 
    de estar naciendo ahora, y en la última hora.


    Gonzalo Rojas (De Contra la muerte, 1964)

    16/1/14

    y ya ves

    Anita Ekberg, Marcello Mastroianni & Fellini in Fontana di Trevi, Roma.


    BAEZA


    Pensé que la juventud no volvería,
    pero he sido joven de nuevo.
    Y no quiero decir que tenga edad
    como para ir cayendo en la tragedia.
    Pero hay una juventud de la sorpresa,
    una juventud en el milagro,
    en el vivir aquí fuera del tiempo,
    que creí que ya me quedaba lejos.
    Y ya ves,
    y estoy aquí, 
    para esto vivo.

    Inés María Luna (Morón de la Frontera, España)

    Via EMMA GUNST

    5/1/14

    no perdamos el tiempo



    Poema de Torquato Tasso (Sorrento - Napoles 1544 - Roma 1595) escrito en las escaleras de una casa en Polignano.
    Foto de  
    Paolo Iusco
     



    “perduto è tutto il tempo che in amor non si spende”



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