21/6/13

los desmentidos tienen las patas cortas

El escándalo fácil (1)

Hay un fenómeno estacional y recurrente que siempre me ha fascinado: lo de los periódicos en verano.
Hace calor, la actualidad se relaja, los políticos se van de vacaciones, no hay consejos de ministros los viernes y si no ocurre una catástrofe natural o algún loco la lía parda, los periodistas no tienen qué llevarse al teclado.

Pero no es problema: si no hay noticias se inventan. De ese modo, cada verano, se acaba elevando a categoría de noticia la trivialidad más absurda. La rotativa no puede parar y las páginas hay que llenarlas como sea.

Este fenómeno de la, llamémosle así, fácil noticiación, ha perdido su carácter estacional y se ha instalado permanentemente en nuestras pantallas gracias a las redes sociales.

De repente no son unos cuantos periodistas los ávidos de noticias suculentas, sino que son millones de usuarios con sus millones de páginas de Facebook y timelines de twitter sedientos.
Todos somos usuarios convertidos en pseudoperiodistas dispuestos a descubrir al mundo, por fin y en un clic, la verdad verdadera (pero lo del esfuerzo de verificar las fuentes nos da mucha pereza).


Fotograma de The Little Horror Shop una grandísima pequeña pelicula

En redes sociales si no estás activo no existes y esos muros y esos tuits deben ser actualizados y permanentemente alimentados, como Audrey, la planta carnívora que siempre pedía más.

O eres @estratega o al cabo de un par de años de cierta actividad ya has tuiteado todos tus juegos de palabras y chistes habituales, tu neurona ocurrente está agotada y no da más que para algún chispazo ocasional.

Pero, ah! esos timelines son insaciables y hay que seguir echándoles madera y, a poder ser, algo que mole mil, que diría @tonapou.

Osea algo que capture unos cuantos likes o unos cuantos retuits, el maná del e-ego.

Y así es como acabamos echándoles a nuestras ávidas mini-ediciones digitales lo primero que pillamos que resulte molón, morboso, escandaloso o que parezca denunciable o indignable, sin molestarnos demasiado en averiguar si es o no cierto, o si tiene un mínimo de sentido común lo que estamos propagando.
Fast-pseudoperiodismo.


imagen vista en Tumblr

Todo esto viene a cuento de dos historias que he visto circular los últimos días.

La primera en mi perfil en catalán @araticat a través del cual seguía con mucho interés la crecida de los ríos en el Pallars el día 18 de junio.

Puesto que nací allí, mi familia estaba allí y la situación era realmente crítica, pasé la tarde delante de la pantalla con varias columnas de hootsuite abiertas con búsquedas por palabras relacionadas: pallars, riuades, aran, esterri, noguera...

Ese día constaté como en este tipo de situaciones de emergencia la información llega por esta vía de modo inmediato, mucho más actualizada que la que iban proporcionando los medios tradicionales, que también seguía a través de alarmas de noticias con los mismos términos ( y que, por cierto, cometían garrafales errores geográficos ubicando ríos, pueblos y valles donde no están, ¿tanto cuesta consultar google maps?)

Gracias a algunos excelentes tuiteros como @meteopallars o @pallarsdigital pude fer fotos en tiempo real de la situación y a través de ellos ir siguiendo a otros que iban informando de lo que estaba ocurriendo.

En un momento dado, apareció este tuit (en catalán en el original):

“Vecinos de Isil explican que el Noguera Pallaresa ha arrasado el cementerio. Dicen haber visto los ataúdes bajando por el río”

E, inmediatamente, las columnas que tenía abiertas se llenaron de retuits de esto.

flurup plup flup! era como una cascada.



Al cabo de un rato apareció un desmentido, pero  apenas fue retuiteado.

Contemplé fascinada el partido de retuises entre una y otra noticia, pero había un claro ganador desde el principio: los ataúdes bajando por el río venden, da igual si es verdad o no.

Nos encanta el morbo. Las mentiras suculentas corren a la velocidad del rayo y los desmentidos tienen las patas cortas. Es así.

Yo misma pedí al autor si lo había verificado, pues me consta que tras las riadas del 82 la pared de ese cementerio fue reforzada y tenía una excelente protección. Adujo que en su tuit ponía “explican” y “dicen”, que no lo había visto con sus propios ojos… ex-ce-len-te.

Me impresionó, de verdad, pude ver con mis propios ojos a lo largo de unas horas de qué modo imparable se propaga una mentira por las redes.
Foto: Marina, d'Isil, via PallarsDigital

Al día siguiente se mostraron fotografías con el cementerio intacto, pero lo del morbo puede más, mucho más que cualquier evidencia: seguían apareciendo réplicas y reuits de lo de los ataúdes.

El otro caso se lo cuento otro día.

17/6/13

sed y decepciones


A veces nos decepcionamos. Tal vez porque teníamos tantas expectativas que la realidad nos defrauda.
¿Es culpa de la realidad defraudarnos o es culpa nuestra por tener demasiados ilusorios anhelos?

Debes ser más realista, te van a decir, no esperes tanto de la vida y, en especial, de las personas…

Los seres humanos somos complejos y mucho menos éticos, valientes o bondadosos de como preferimos vernos a nosotros mismos, de lo que nos gusta reconocer.
Roodney Harvey PhotographyI would rather light a candle than curse your darkness

Somos capaces de grandes gestos sublimes pero estamos atados también a muchas pequeñas mezquindades. Tal vez no se vea, lo ocultamos bajo muchas capas y hábiles disfraces, pero cuando llegamos a casa y estamos solos un rato... bien sabemos que cada uno de nosotros, cada día, somos héroes y villanos.



Pero es que algunos vivimos sedientos. Sedientos de belleza, o de emoción, o de sentido.


O quizá es que, simplemente, necesitamos creer que en medio de tanto cada uno tirar para su casa aún hay cosas como la bondad, la solidaridad o la mirada buena sobre el mundo que pueden existir. Que tal vez otro mundo sea imposible... pero que no hay que dejar de creer que sí, que es posible.

No hablo de la belleza de vomitar arcoíris ni de la bondad boba e iluminada, mi teoría sobre la bondad es que no se trata de un don que te cae del cielo, sino de un trabajo árduo y que debe construirse a conciencia, es una elección y una pelea contra el mundo y especialmente contra uno mismo. Debemos encontrar lugar en esa construcción voluntariosa llamada bondad a la potencial maldad que todos traemos de serie...  y que existe. Lo sabemos. Tenemos cicatrices que lo atestiguan.

La decepción no es más que algo que hay que pasar por encima dando una gran zancada, no nos podemos permitir quedarnos atascados en las decepciones, aunque nos duelan. Pero la sed... ay, la sed que nunca se acaba.



ADDENDA: 19 de junio, 3r. aniversario de Carlos Monsiváis:

“Nadie mantiene una conducta irreprochable dos días seguidos”

7/6/13

el espejo se equivoca

 



"El tiempo nos convierte en viejos pero nosotros no cambiamos"
Paul Auster, La invención de la soledad
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