30/12/09
carbón de azúcar
En navidad mi familia se reúne en la casa de mis padres en el Pirineo. Reunión del clan con convivencia de 24h, lo que lo hace aún más meritorio, son desayunos, comidas y cenas a tutiplén. No hay escape, no puedes huir luego a tu propio espacio para descomprimir hasta la siguiente sentada: me toca dosis de familia reconcentrada.
Sí, en Navidad todos rescatamos al niño que llevamos dentro, y eso, precisamente, puede ser muy peligroso, porque esos niños interiores son pequeños resentidos, envidiosos, cabrones y ávidos egoístas que no atienden a razones y reclaman para sí el trozo más grande del pastel.
Nunca me ha extrañado que en Navidad haya asesinatos.
Pese a todo lo hemos sobrellevado bastante bien.
Y enseñando a mi madre a usar el escáner que le hemos regalado (son remarcables su interés y ganas con lo de internet a sus 76 tacos), me encontré esta foto, que me pareció muy tierna. Era diminuta y tramada, no la he podido mejorar más.
Se trata de la tienda de mi familia, una tienda de pueblo de aquellas en las que se vendía de todo, como en las del oeste, con la decoración de Reyes en el año 1937.
Ese buzón de rey mago de cartón piedra aún está en el desván de la casa, y recuerdo que me daba pánico entreverlo en la sombra lleno de polvo cuando yo era pequeña.
Me impresionó la sobriedad y escasez de la juguetería disponible, no se ve muy bien, pero yo puedo reconocer:
En el ángulo superior izquierdo los bastidores para bordar, debajo las muñecas de cartón y los juegos de cocinas de hojalata... incluso una mandolina!, sección chicas.
Abajo los triciclos, un caballito y unas carretillas, y a la derecha, detrás de las maletitas para ir al cole (tengo fotos con batita escolar y una de esas) unos juegos de carpintería con nivel, martillo y sierra... sección chicos.
Delante del buzón del rey hay un estante metálico con algunas chucherías y los saquitos de carbón de azúcar.
Y ya está.
Ese era el catálogo de sueños infantiles posibles de nuestros padres.
Nuestros hijos están tan sepultados por objetos disponibles y continuamente ofrecidos que yo no sé ya si les queda espacio para anhelar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Los contenidos de este blog están bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0.
Me encanta esa cabeza de caballo de cartón que aparece tímida (¿y cómo sorprendida?) en la parte inferior. Nuestros hijos anhelan, ¡pues claro que sí!, tanto, que no hemos de descuidar regalarles nuestro tiempo e incluso esos consejos que ahora parece que les estorban, o serán esas carencias las que recordarán de su infancia y no esa variedad ingente de juguetes que ya sólo cuestan dinero.
ResponderEliminarEl post precioso, como siempre.
Gracias mil!
Precioso el comentario, Francesca. Nuestros hijos sí, están sobreabundados de objetos y juguetes, y tienes toda la razón al apuntar que seguro que lo que más anhelan es tiempo compartido con sus padres.
ResponderEliminar¿Sabes de qué tengo yo muchos y buenos recuerdos de mi infancia? de lo que me enseñaba mi abuela. Porque era una mujer muy habilidosa que sabía hacer muchas cosas y porque podía y le gustaba hacerlas conmigo: me dedicaba mucho tiempo y tenía una infinita paciencia para explicarme porqué y cómo cuidar el huerto, las gallinas, hacer un sofrito o tejer una bufanda... ah, el tiempo, ¡ese sí es un regalo caro del que nunca tenemos suficiente!
Qué magnifica brecha que nos has abierto a esta cálidez de tu intimidad. Veo, por lo de la tienda, que de casta le viene al galgo :-)
ResponderEliminarA pesar de todo, estas fiestas te siguen despertando emociones encontradas...será por esto?
Feliz año Judith!
Supongo que por lo de la casta... voy, y por lo de galgo... tengo ganas de salir huyendo. Emociones encontradas, sí.
ResponderEliminar;-)
No tengo hijos, tengo tres sobrinas como tres soles y una inmadurez que me permite decir lo que, creo, siempre se anhela, no se cubre con juguetes y no ocupa lugar pero sí mucho tiempo: ilusión.
ResponderEliminarLa ilusión, siempre, nos la inventamos. Es fácil crearla y fácil destruirla. Cuando se destruye, nos rompe un poquito.
Me da que la ilusión en los críos es compartir con los adultos (como dice Francesca) sus pensamientos, expectativas (con o sin juguetes), contarlas, hacernos partícipes (jugando, básicamente).
La ilusión en los adultos es apasionarse con algo, compartir las inquietudes, ver colorines cuando normalmente hay cosas grises, crear expectativas y alegrías(a veces también los miedos), contar cómo las vivimos, hacer partícipes a la gente que queremos... (no contemplo que una persona no tenga ilusiones)
Por cierto, reina, Martina te hizo un regalo de Reyes. Aviso: Cuando lo recibas te vas a descojonar.Pero también te aviso que no llegará para Reyes!
Un post laminero, tanto como el carbón de aúcar de nuestra infancia. Qué manera tan dulce de enseñarnos que la vida también está hecha de renuncias e imposibles, de tan de moda "necesita progresar". Pero lo importante, al final, es no perder el brillo en los ojos. Ojalá, todos nosotros, sepamos confeccionar un catálogo de verdaderas cosas valiosas que regalar a nuestros cachorros. Gracias por compartir desde tan adentro.
ResponderEliminarMi calificación: Post entrañable. Gracias por compartir instantes
ResponderEliminarMuchas felicidades
Andres
Recordo que hagués estat un "bon nen" o no, sempre apareixia entre les joguines deixades pels reis un parell de trossos grans de carbó de sucre. Ho interpretava com a recordatori de que segurament podia haver estat millor del que havia set, i que per l'any següent havia de ser més bó. Evidentment, l'any següent els reis tornàven a deixar carbó de sucre. He continuat aquesta tradició dels reis - pares (no hi ha petits per aquí, no ? ) i tot i que els meus fills ja estàn crescudets, continua apareixent carbó de sucre entre els seus regals.
ResponderEliminarI si, és cert, el rescat en aquestes dates del nen que portem a dins pot ser perillós però a l'hora entranyable. Disfruto com un boig a la cavalcada de reis de la meva ciutat d'adopció, però més encara tot contemplant el campament dels tres reis que es munta al costat de la muralla abans de la cavalcada. Els petits van entregant els seus "pipos" - xumets - als patges i les cares i ulls que posen son inenarrables. Hi ha un detall però que et fa tornar de cop a la realitat: el rei negre i els seu séquit són blancs maquillats de negre, mentre que els veritables descendents d'aquell vell rei negre que un dia va portar mirra, són els treballadors de la brigada de neteja encarregats de recollir els excremnts dels caballs. Lletg.
I menció obligada a la fotografia: @rati, rescata de les golfes el vell rei de cartró pedra, i retorna-li la dignitat que es mereix com a dipositari de somnis durant tants anys.
BON ANY.
@Tona no importa mucho si son hijos o sobrinos si hay amor y brillo en los ojos... los niños nos recuerdan siempre que la ilusión es la salsa de la vida.
ResponderEliminar@Anna: un placer compartir estas cosas con lectores tan sensibles como vosotros
@Andrés, te digo lo mismo que a Anna, un placer. Nos seguimos leyendo un nuevo año. El descubrimiento de nuevas personas y blogs como el tuyo que me ha regalado 2009 han sido de lo mejor del año!
@Quim el cabó de sucre era boníssim! La veritat és que l'he tornat a tastar de gran i ja no és el mateix...
Jo, confesso, detesto les cavalcades com qualsevol altra concentració massiva de gent, però sí que és deliciós veure les cares dels nens.
¿Que se habrá hecho de las cartas que recogió ese buzón durante tantos años? Están en el mismo lugar -el limbo- de las palabras que no se dijeron.
Pero... imagináis poder leer ahora las cartas y los sueños de esos niños durante los años 40, 50, 60? Sería un buen documento histórico.
Siempre me gustaron los "clanes" familiares, creo que es porque pertenezco a uno, eso sí, afortunadamente de fronteras abiertas e incluyente, hay que tener cierto cuidado de que no te ahoguen en sus fauces.
ResponderEliminarCuanto más "perteneces" a una familia, más libre eres, parece una contradicción, pero no lo es.
Nuestros hijos no necesitan cosas, nos necesitan a nosotros.
¡Feliz Año!
Hola ante la sorpresa de a fotografia no he podido por menos que escribirte en busca de una respuesta....
ResponderEliminarMi nombre es Carlos y soy representante de la Asociacion Amigos de los Reyes Magos que tenemos en Zaragoza creada y desde hace muchos años estamos buscando un buzon de rey mago como el que detallas y se ve en tu fotorafia. Perdona mi atrevimiento al preguntarte si todavia obra en vuestro poder y si existiría la posibilidad de cederlo a la Asociación. Nuestro email es info@laestrelladebelen.com y allí espero vuestra respuesta. Un abrazo.