Mi amada es tejedora de guirnaldas, yo transporto viajeros de una orilla a otra orilla. Los canastos de flores la rodean como el agua golosa que bandea mi barca: sus manos son fragantes, las mías tienen callos; mis ojos son del río, los suyos de la tierra. Cumplida la jornada nos vemos a escondidas y yo tejo guirnaldas en sus nalgas y pechos mientras ella, barquera, empuja con la pértiga mi cuerpo hacia la aurora: mis manos son fragantes, las suyas tienen callos, sus ojos son del río, los míos de la tierra: ambos somos el otro y este mundo es el cielo.Imagen via rainfactory y banda sonora de Keith Jarrett: Köln Concert, part 2c
26/9/10
guirnaldas
Jesús Aguado
Amaru
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Los contenidos de este blog están bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0.
Por un momento se ha hecho la luz en la noche... precioso!
ResponderEliminar"ambos somos el otro y este mundo es el cielo."
ResponderEliminar¡Guauuuu! ¡que bonito!
bien, curioso lo de las guirnaldas
ResponderEliminarSólo el que habita en la alegría es capaz de apreciar la belleza... preciosa lámina y maravillosa poesía. Se te ve contenta ;-)
ResponderEliminar@cumclavis De repente recordé este bello poema de Jesús Aguado, un poeta raro y discontínuo, pero que siempre me atrapa. Ayer necesité releerlo. Me alegra que el compartirlo te trajera una chispa de luz.
ResponderEliminar@Juana eres una romántica empedernida, sin remedio. Que ya te conozco ;-)
@Jesús este poema forma parte de un libro de tema hindú. Si lo ubicas en la ribera del Ganges visualizarás enseguida la barca, las guirnaldas...
@Francesca se me ve contenta, sí. Sí, sí, ohhh, síiii ;-)