" Mientras escribe, es como si me estuviera dibujando; o más bien como si estuviera dibujando sobre mí –sobre mi piel–, no con el lápiz que utiliza sino con una anticuada pluma de oca, y no con el extremo del cañón sino con el de la pluma. Como si cientos de mariposas se posaran sobre mi cara y abrieran y cerraran suavemente las alas.
Pero por debajo siento otra cosa, una sensación de estar completamente despierta y vigilante. Es como despertarte de repente en mitad de la noche sintiendo una mano sobre la cara e incorporarte con el corazón desbocado y ver que no hay nadie. Y por debajo de eso se percibe otra sensación, la sensación de que te desgarran para abrirte; no como un cuerpo de carne, no duele tanto como eso, sino como un melocotón; y ni siquiera un melocotón desgarrado, sino un melocotón demasiado maduro que se hubiera abierto espontáneamente.
Y dentro del melocotón hay una piedra."
Margaret Atwood: Alias Grace
Dulces melocotones, tan suaves y carnosos, tan rebosantes de jugo en su interior, que alimentan la mente ahora que los describo. Entre anaranjados y rojizos despiertan el hambre que llevo dentro con tan sólo olerlos. Jugar con ellos entre los dedos, deseando ese placer que me está aguardando, apresado en su interior... un primer bocado para despertar todos los sentidos... dulces melocotones...
ResponderEliminarPrecioso fragmento repleto de sensaciones, en capas, solapadas, que hay que ir levantando hasta llegar a la piedra. Me ha dejado intrigada saber cómo seguía -si es que lo hace- la tarea de descubrimiento. Y es que dentro de la piedra hay una simiente... ;-) Gracias por compartir tus delicadas lecturas.
ResponderEliminarLevedad; este texto me sugiere levedad... y volver a releerlo
ResponderEliminarDebería vencer la pereza, porque a menudo me apetece postear fragmentos de lo que sea que estoy leyendo. Nunca acabo de decidirme. Como todo camino empieza por un pequeño paso, con esto inauguro la nueva modalidad (excelente recurso para cuando se tiene poco que decir).
ResponderEliminarEl libro es una de las impagables recomendaciones de Dampyr. Aunque es una historia dura me tiene atrapada y está magníficamente escrito.
Este fragmento es bello por sí mismo y parece muy tierno... pero debéis saber que quien habla es una condenada por asesinato a cadena perpetua mientras la observa el nuevo psiquiatra interesado en "estudiarla".
Leyéndote recuerdo el sonido que produce un melocoton cundo con las manos lo abres limpiamente, separando las dos partes y dejando el hueso totalmente descarnado. No siempre ocurre pero cuando sucede, el sonido me inspira un estertor de vencid@ , abandono total a lo que nos depare el destino.
ResponderEliminarNunca dejas de sorprenderme. Qué bonito todo!
ResponderEliminarComo Anna, me he quedado con la duda...qué hay detrás o dentro de la piedra?
Me quedo con lo que hay detrás y con lo que ha empujado a "esa piedra" a colocarse en el corazón de algo tan bello.
Me pasarás la referencia del libro, por favor?
Gracias por tus posts, son preciosos en todos los sentidos...
Besos
Arati, ¡esto no se hace!, ¿cómo quieres que me resista a apuntar el libro en mi lista de "pendientes"?. No es culpa mía si no acabo la tesis a tiempo, ¡sois las amigas que me provocais! (es que es bonito, bonito, bonito de verdad).
ResponderEliminarQuimdD... que tremenda imagen, el estertor de vencido y abandono total... no te has planteado escribir poemas -épicos-? :-DD
ResponderEliminarLorena la autora del libro es Margaret Atwood y el título "Alias Grace", Ediciones Grupo Zeta col. Tiempos Modernos. Yo lo tengo de prestao, si no te lo dejaría.
Francesca... ese afán lector, que te puede.
Si es que el día no tiene suficientes horas para todo lo que quieres leer!