Enhorabuena, de las fotos deduzco la solidez de una amistad que continúa en el tiempo y la evolución de la mirada de tu hija, que conserva la dulzura pero ha ganado en intensidad... ¡cómo debe ser!
Este año la luz no era tan buena y nos faltaba Martín (al que ya no le apetecen las vacaciones con "nosotras") pero el lugar es mágico. Recordaba vagamente la foto anterior y pensé que sería hermoso tener las dos, me gusta verlas juntas. Creo que repetiré la idea con algunas de mis fotos preferidas.
La amistad con Mariona, sí, es una "amistad a lo largo" de más de veinte años y mucha emoción compartida. Uno de esos regalos de la vida, un tesoro.
Un regalo de ida y vuelta, que funciona en los dos sentidos. Y cuatro años de crecimiento, de madurez, de hacerse adultas en el mejor sentido de la palabra, que lo hay si así lo queremos. Os quiero reinas y al Martí, ahí en su mundo, también, aunque se haya esfumado de la foto.
Enhorabuena, de las fotos deduzco la solidez de una amistad que continúa en el tiempo y la evolución de la mirada de tu hija, que conserva la dulzura pero ha ganado en intensidad... ¡cómo debe ser!
ResponderEliminarEl mar también es bonito... pero menos ;-)
Este año la luz no era tan buena y nos faltaba Martín (al que ya no le apetecen las vacaciones con "nosotras") pero el lugar es mágico. Recordaba vagamente la foto anterior y pensé que sería hermoso tener las dos, me gusta verlas juntas. Creo que repetiré la idea con algunas de mis fotos preferidas.
ResponderEliminarLa amistad con Mariona, sí, es una "amistad a lo largo" de más de veinte años y mucha emoción compartida. Uno de esos regalos de la vida, un tesoro.
Un regalo de ida y vuelta, que funciona en los dos sentidos. Y cuatro años de crecimiento, de madurez, de hacerse adultas en el mejor sentido de la palabra, que lo hay si así lo queremos. Os quiero reinas y al Martí, ahí en su mundo, también, aunque se haya esfumado de la foto.
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