Sus poemas no eran alegres ni cándidos, y de entre los muchos suyos que me conmueven, hoy elijo este. Felices sueños, poeta.
DIONISIACA Misterio que así puedas, sobre mi corazón, arrebujada, dormir. ¿No oyes las aspas? Voltean el molino de la sangre. Fuese un pulmón la música y comprendiera, amada, tu olvido manantial. ¿No sigue allí, a flor de agua, enturbiando el mosaico, confundiendo tablero, luna, augurios, el batir? ¿No se filtra de mi piel a la tuya el sedimento, la broza que las venas comunican al caracol del sueño?Addenda: No se es feliz impunemente, el recuerdo que le presta Rodríguez Marcos y el de José Carlos Llop
MEMENTO POR MIGUEL ÁNGEL VELASCO
ResponderEliminarY tu voz sonará como la lluvia
en la casa vacía de los sueños,
sola como la luna entre los astros,
triste como el silencio de los muertos,
será como la brisa entre las flores
o el lamento de la lira de Orfeo,
y al preguntar al viento por tu nombre
nos responderán los cielos desiertos.
Dejarás en los libros los poemas
que con ojos anónimos leeremos,
y a veces una lágrima furtiva
rodará conmovida y sin quererlo
por la mejilla azul de la nostalgia
y mojará alguno de tus versos,
porque cuando se muere un poeta
no hay consuelo para el desconsuelo.
Después nada, los siglos, las edades,
la vanidad ahogada en los espejos,
el esplendor efímero del mundo,
el olvido fatal del universo.
Pero antes de que llegue el olvido,
y nos envuelva el velo del misterio,
que estas palabras sean, Miguel Ángel,
un oración que reza en tu recuerdo...
(Santander, 12 de octubre de 2010)
ANTONIO CASARES