20/6/10

zarzas y sotobosque



- ¿Podrías decirme por favor, qué camino he de tomar para salir de aquí?
- Depende mucho de a donde quieras ir- contestó el Gato.
- Me da casi igual donde- dijo Alicia.
- Entonces no importa que camino sigas- dijo el Gato.
-...siempre que llegue a alguna parte- añadió Alicia a modo de explicación.
- Ah!, seguro que llegas a alguna parte - dijo el Gato-, si andas lo suficiente.


* Lewis Carroll, Las aventuras de Alicia en el Pais de las Maravillas, 1865.



10 comentarios:

  1. hummm, eso te ocurrió en uno de tus paseos por la montaña? Magnífico fragmento de Alicia, quizás de los más conocidos y utilizados y no por ello menos hermosos...toda una lección para quien no esté en disposición de aprender...

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  2. Este fragmento me acompaña desde siempre, tal vez porque lo necesito cuando me tienta darme por vencida (no puedo más y aquí me quedo que decía el poema de Palabras para Julia ) o cuando empiezo a caminar en círculo...
    cada cual tiene sus mantras, este es uno de los míos ;-)

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  3. ...y de los míos...que ando, a menudo, perdido...

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  4. ¡Qué envidia dais algunos!... yo siempre tengo claro donde quiero ir… y a veces quiero ir a cada sitio… El caso es que me pongo cabezona y ando y ando, ¡total para llegar y que no me guste! (bueno, a veces sí que me gusta y entonces es un no parar de dar saltos :-D). Pero vaya, que el fragmento es bonito y para reflexionar, lo que pasa es que yo leyendo Alicia siempre me he identificado más con el gato (más listo, ande va a parar)… a mí ella caerme bien, lo que se dice caerme bien… un poco sosa, la verdad :-)

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  5. Yo me siento uno de los naipes de la reina! Pero creo que no por sumiso ni nada de esto, sino porque me hacen gracia naipes con patas, ahí tós chafaos...

    Alicia en el País de las maravillas me encantó. Ella pava, sí, pero le correspondía. A través del espejo, no me enganchó ná... demasiado efecto espejo, pero igual lo pillo otra vez a ver si mi receptivización ha cambiado o algo...

    Toma rollazo! La escritura automática es lo que tiene...

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  6. De Alicia me gusta el conejo blanco, tal vez porque me identifico con él, "tengo prisa, tengo prisa" a veces creo que recorro caminos para que los sigan otros, yo solo estaba de paso .... me gustan los gatos con grandes sorisas.

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  7. Saber a donde ir... Eso es harto complicado. Como diría Alicia: "¡Cuando ya se me hace bastante difícil ser una sola persona como Dios manda!". ;-)

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  8. ... despúes el gato le aconsejaba que fuera a buscar al sombrerero loco, pero ella decía que no quería tratos con ningún loco. Y la frase del gato, contundente:

    "¡Oh, eso no lo puedes evitar… aquí casi todos están locos! Te habrás dado cuenta que yo no las tengo todas conmigo"

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  9. @cumclavis es grande el bosque, y tiene tantas encrucijadas!

    @Francesca ¡que energía y decisión! Vaya... yo más bien soy experta en desorientaciones... ya te llamaré cualquiera de esos días míos de deriva para que me fijes el rumbo... un rumbo, alguno, cualquiera...

    @Tona, tu escribizidionaciador automático te tiene muy pero que muy calada, pareces tú misma, talmente ;-)

    @Juana El conejo me enternece, pero a mí me encanta el gato, enigmático, apareciendo y desapareciendo, no se sabe si poeta, filósofo o delirante, sabio o loco, dejando en el aire una sonrisa flotante

    @Anna: pon los pies juntos, niña, ponte recta, sacúdete el delantal... o mejor, ¿porqué no? suéltate la melena, salta por el hoyo, muerde la seta y déjate llevar, crece hasta más allá del tejado o contémplate menguar -sin temor- hasta acurrucarte en un rincón. Hay muchos días de nocumpleaños en el calendario.

    @Nacho sí, nos gustan los gatos, mmmhhh, nos gustan: son raros, elegantes, tienen ideas propias, mimosos -si quieren- más que nadie, misteriosos, portadores de inefables revelaciones, imprevisibles e incontrolables, pero... adorables al fin. Saludos y ronroneos a Croqueta, hace tiempo que no la veo por el face.

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  10. Para mi, filosofías a parte, lo mejor es el gato de Chesire. Con su perenne y enigmática sonrisa... hasta que es sólo sonrisa y no gato. En ocasiones me gusta ser como ese gato: dejo mi sonrisa perenne e inexpresiva en algún lugar y mi cuerpo vuela a otra parte, lejos... Gracias por el fragmento, muy sugestivo.

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