26/8/09

Pétalo a pétalo, memorizó la rosa



Pétalo a pétalo, memorizó la rosa.

Pensó tanto en la rosa,
la aspiró tantas veces en su ensueño,
que cuando vio una rosa verdadera
le dijo,
desdeñoso,
volviéndole la espalda:

-mentirosa.




Ángel González

24/8/09

micro y macro


Van Gogh: la noche estrellada

"Lo microscópico de hoy puede ser lo macroscópico de mañana, pero necesitamos microscopios. Lo que está lejos hoy puede ser el futuro que se acerca, pero necesitamos telescopios".

Javier Rodríguez Marcos, en la sección de Vacaciones críticas de DVD Ediciones.

Via El futuro tien forma de huracán

9/8/09

lo que ven otros ojos

(Hay banda sonora, esperad a que se cargue)



Hombrelobo me pone en la pista de foundphotos.net, un lugar donde se recogen fotos que la gente cuelga sin protección en lugares de internet. Son fotos personales, que probablemente nadie tenía intención de hacer públicas fuera de su grupo de amigos...


El resultado es un friso de imágenes del ser humano contemporáneo, a mí me ha resultado fascinante. Me encanta ver lo que ocurre en el interior de las casas, lo que hace la gente, cómo vive...

La mayor parte son de mala calidad, pero algunas son preciosas.


Son fotos espontáneas, tomadas al vuelo y todas hablan de la vida: amigos, juergas, trabajo y vacaciones, soledad, mascotas, prácticas de tiro, alegría, frustración, heridas y cicatrices, pavos rellenos, playas y montañas, vomitonas, miradas de amor, de envidia, de deseo...


A mí me conmueven especialmente los autorretratos, las fotos de los jóvenes buscándose, las de sus momentos de aburrimiento, las que nos hacemos en el espejo del cuarto de baño queriendo saber, tal vez, cómo somos, quienes somos...



Como esta adolescente, que se fotografía con su cuidado look siniestro, flequillo lánguido, indumentaria negra, la daga en el cuello...


pero detrás no tiene un salón de castillo en penumbra, sino su inevitable, cruda, realidad de piso de protección oficial, con su papel pintado de flores, ese armarito blanco, el perchero cutre y esa instalación eléctrica que convendría renovar...

... menudo trabajo tiene por delante para hacerse un sitio donde vivir entre esos dos mundos antagónicos, pobrecita.

Lo dicho: la vida, que es muy complicada.

6/8/09

luna de agosto

Si vas por la calle y en el cielo hay semejante luna llena...


Cuando te encuentras esto...

(Mardita puntuación!)


Será un optimista afirmativo?: El amor sí existe
O un dubitativo que no supo como seguir: El amor, si existe...



Me faltaba la banda sonora...

"ante otro más de lo mismo, creí en lo distinto, porque vivir era búsqueda y no una guarida":


1/8/09

El tiempo lento. Partiendo piñones

Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo con todas tus fuerzas; porque en el sepulcro, adonde tú vas, no hay obra, ni industria, ni ciencia, ni sabiduría. (Eclesiastés, 9: 10)

"¡Contra pereza diligencia!" era el grito de guerra mañanero de mi abuela que, muy catalana ella, lo gritaba en perfecto castellano. Ella era una mujer muy diligente y trabajadora, y desde luego la recuerdo haciendo todo lo que debía hacer con todas sus fuerzas. Me encantaría haber heredado su energía y tesón. Seguro que algo queda.

Aunque, como era una mujer sabia, encontraba también sus momentos para dedicarse con gran placer a las labores de ganchillo o a sentarse un rato en el huerto sin hacer nada, nada más que disfrutar del frescor de la tarde. Me gusta recordarla así.
"No hacer absolutamente nada, es la cosa más difícil del mundo, la más difícil y la más intelectual". (Oscar Wilde)


La acidia o pereza derivada del latín pigritia y que según una de las definiciones del diccionario significa “Flojedad, descuido o tardanza en las acciones o movimientos”, es la séptima en la lista de los pecados capitales. Y en estos tiempos que corren, con tanto empeño en la productividad y la rentabilidad del tiempo, está muy desprestigiada, la pobre, al contrario que otros vicios clásicos como la lujuria o la gula que gozan de excelente reputación.

Y no sé si de lo que quiero hablar es exactamente de la pereza, o más bien del placer de la pausa y de la necesidad del tiempo de ocio, el opuesto al tiempo productivo, el del neg-ocio.

De las vacaciones ociosas.
Este año las mías han sido muy relajadas, he podido estar con mi familia en el Pirineo, acompañar y disfrutar de mis padres y también pasar un par de semanas en Menorca con mis hijos y unos amigos. Y aún me quedan unos días para mí.

Durante el ajetreo de la vida "normal" siempre echo de menos tener tiempo para hacer un montón de cosas y actividades, viajar, conocer, ir a cursos y exposiciones, arreglar el armario, pintar el pasillo... una lista desmesurada. Pero este año creo que finalmente he hecho las vacaciones que necesitaba, no las de seguir haciendo y haciendo diligentemente, sino las de desconectar, apartarme del trajín y recuperar un tiempo lento. Tener tiempo de sobra.

En estas vacaciones he enterrado el móvil, he desconectado de red, tele y periódicos, me he ausentado de la aullante actualidad.
He leído mucho cuando me ha apetecido y nada en cuanto ha dejado de apetecerme, he dormido cuando y como necesitaba y no me he permitido sentirme obligada a hacer nada en concreto, he holgazaneado a placer.

Pasé una tarde partiendo piñones con una piedra, sentada en el suelo del jardín. Al final saqué medio vaso, apenas suficiente para el pesto de esa noche... pero eso no importaba. Lo importante fue poder permitirme el lujo de dedicar tranquilamente tres horas a esa actividad nimia, repetitiva, manual, absurda teniendo en cuenta que en diez minutos iba y regresaba del super con una bolsita con la misma cantidad.
Descubrí que partir piñones con una piedra es una buena forma de meditación. No fueron tres horas perdidas, sino ganadas.

He podido disfrutar del “dolce far niente”, llegar a aburrirme un poco incluso. Y el aburrimiento, es también necesario, porque nos pone en barbecho, nos permite recuperarnos para poder ser creativos.

No somos máquinas, mecanismos siempre eficientes. Necesitamos pausas, recuperarnos, retomar el tiempo lento, un ritmo del tiempo... antiguo, el que había antes de la revolución industrial, las presiones para ser productivos y eficaces, antes de la revolución de la información del web 2.0 y sus continuas actualizaciones.

En una economía rural el mismo ritmo estacional proveía naturalmente periodos de necesaria actividad y otros de inevitable paro y recogimiento (que por cierto no coinciden con los actuales, antes el verano era activo y en invierno... se hibernaba).
Antiguamente había momentos en que se podía, en que estaba permitido no hacer nada y aburrirse.

Y como aburrirse sólo es divertido al principio, luego la gente se ocupaba en actividades ociosas, no las necesarias, sino las que les gustaban: podían dedicar horas y horas a bordar manteles con flores y abejas, tallar madera primorosamente, reparar las herramientas con calma y cariño, coleccionar sellos, confeccionar herbarios o canastos, observar a los pájaros, leer, charlar y contarse historias, ver pasar las nubes, dibujar, hacer música, etc... actividades entretenidas, que requieren calma, disfrute, mucho tiempo y le dan descanso al cuerpo y a la mente.

Dice Fernando Savater, hablando del ocio:
No fueron pocas las ocasiones en las que el aburrimiento fue el gran motor de la historia. De hecho, los seres humanos han subido montañas, se han embarcado rumbo a lugares remotos, como una posible solución a su aburrimiento. Si las personas no nos aburriéramos no haríamos nunca nada.

Estimados, permitidme un par de consejos: Disfrutad de las vacaciones, sin estreses por tener que pasarlo bien, ni tener que verlo todo, ni hacer demasiadas cosas. Perded un poco el tiempo, que es también un modo de ganarlo.

Y cuidado en la carretera, regresad.
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